Algunas veces las cicatrices pueden parecer antiestéticas,desagradables. Ellas nos muestran algunas de nuestras heridas,nos marcan la piel y llevan escondidas otras mucho más profundas,las del alma.
Hoy les quiero dar un espacio,un lugar de honor en mi vida,porque detrás de cada una de ellas también hay un aprendizaje.
Hay cicatrices maestras y cicatrices nacidas por amor,aquellas que cambian la vida y aquellas que dan la vida.
Hoy doy lugar a mi cicatriz de mariposa,la que marca mi cuello,la que me enseñó que todo puede cambiar en un segundo, la que me recuerda cada mañana al mirarme al espejo que la vida hay que saborearla,compartirla,vivirla en el aquí y el ahora.
Porque mientas viva seré como una mariposa,volando alto,siguiendo al viento,sintiendo fuerte… agradecida por cada compañero/a de viaje, amando cada segundo de latido y transformándome en cada aleteo.
Y tu, ¿ Cómo vives tus cicatrices?