El Sueño Infantil

Cuando nos convertimos en padres y madres escuchamos de múltiples y distintas fuentes la frase “Aprovecha para dormir ahora que luego no podrás” “El dormir se va a acabar…”

Padres, suegros, amigos, familiares nos lo comenta con toda su buena intención, ara ponernos sobre aviso de lo que van a ser, a partir de la llegada de nuestro retoño, nuestras noches.

Y en parte, no dejan de tener razón, con la llegada de un bebé nuestro sueño y descanso de horas ininterrumpidas se ve alterado, convirtiéndose en una fiesta nocturna de despertares.

Cuando hablamos del sueño de bebé debemos tener presente, ante todo, que ellos no necesitan que les enseñemos a dormir por que ellos ya saben hacerlo. De hecho, ya dominan en la tripa de mamá la mar de a gusto. Todas estas técnicas que pretenden ayudar a dormir al bebé no generan más que ansiedad, miedo y represión de las emociones de los pequeños, que, en lugar de aprender a dormir, aprenden que sus necesidades no son importes para sus padres y que llorar es inútil, ya que ningún adulto viene a atenderles.

El sueño es madurativo y no es hasta los 2-3 años que los niños empiezan a alargar los despertares (siempre según el niño) y, aproximadamente, sobre los 5 años que los niños empiezan a dormir toda la noche.

Así que, aquí te dejo unos consejos para gestionar mejor el sueño de los niños…o el tuyo

  1. Ten paciencia: Recuerda que los bebés nacen con un desarrollo cerebral precoz y con unas necesidades que suelen ser poco compatibles con nuestros exigentes horarios. No es cuestión de días o semanas, pero si termina llegando ese ansiado momento en que vuestro hijo dormirá una noche entera… y vosotros también.
  2. El sueño de los bebés es bifásico (2 fases): Este hecho hace que se despierten a menudo para comer, para sentirse cerca de mamá o para calmarse. El sueño de los adultos tiene 5 fases y aunque también nos despertamos durante la noche (para darnos la vuelta en la cama, taparnos…), nos volvemos a dormir casi sin darnos cuenta.
  3. Busca el bienestar familiar: Deja a un lado las opiniones externas y dejaros sentir como familia en aquellos que es más beneficioso para todos. Muchas familias deciden practicar colecho para evitar levantarse de la cama y poder atender al bebé a la vez que siguen descansando. Tranquilos, a los 18 años ya no querrán dormir con vosotros… y seguro, que eso sucede mucho antes.
  4. El sueño se regulará solo: Igual que los niños aprenden a caminar cuando están preparados, a masticar o a hablar, el sueño se irá regulando a medida que va creciendo llegando a dormir toda la noche.
  5. Rituales de sueño: Escoger aquellos rituales que, cómo familia, podéis llevar a cabo todos los días. Por ejemplo, ¿vas a pasearlo en el carrito hasta que se duerma cada noche?, ¿lo mecerás en brazos? ¿Te tumbaras a su lado leyéndole un cuento o cantando una canción? Escoger cuales van a ser estos rituales porque serán los que vuestro hijo o hija os pedirá para dormir.
  6. Pequeños trucos: Os puede ayudar oscurecer la casa a medida que se va haciendo de noche, realizar actividades o juegos más calmados en las últimas horas del día y poner música relajante o leer un cuento en el momento de acostar. Con esto no enseñáis a los niños a dormir, sino que les enseñáis a relajarse, algo fundamental para coger mejor el sueño.

Espero que os haya sido de ayuda y podáis enfocar las horas de insomnio desde otra perspectiva.

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