Acompaño a personas altamente sensibles
Iniciar una terapia o proceso de crecimiento personal es, en la mayoría de los casos, una decisión que lleva detrás muchos momentos de dudas, incertidumbre y miedos.
No es sencillo situarse delante de otra persona y abrir tu vida, tus luces y tus sombras.
Son muchas y variadas las situaciones que te pueden llevar a iniciar un proceso terapéutico. A veces puede ser la necesidad de superar un momento personal difícil, procesos de duelo, la necesidad de aumentar tu autoestima, una crisis de pareja, etc.
Sin lugar a dudas todos los que inician un proceso terapéutico con absoluto compromiso, responsabilidad y aceptación, logran cambiar los aspectos desestabilizadores, insanos y ser seres más auténticos y conscientes.
Desde el inicio de la terapia se establece una relación de confidencialidad entre paciente y terapeuta que favorece el trabajo y el crecimiento.
En la primera sesión informativa podremos hablar del motivo que te lleva a consulta y te explicaré con mayor detalle mi forma de trabajo. Podrás resolver todas tus dudas relacionadas con el proceso y decidir si quieres iniciar a mi lado tu camino de crecimiento.
La terapia es un proceso activo, centrado en el presente, en el que se implican tanto el psicólogo como el paciente. En este sentido, podríamos decir que “el psicólogo puede ayudar al paciente a encontrar un camino, pero es el paciente quien ha de andarlo”.